Bonsai es el arte de cultivar árboles y plantas, reduciendo el tamaño mediante técnicas, como el trasplante, la poda, el alambrado, etc., modelando su forma para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza.
El arte de los bonsaí se originó en China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas. Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.
Durante siglos la posesión y el cuidado de los bonsái estuvo ligado a los nobles y a las personas de la alta sociedad. Según la tradición, aquellos que podían conservar un árbol en maceta tenia asegurada la eternidad, así fue como los monjes disponían los árboles pequeños en vasijas a lo largo de las escaleras de los templos y hasta eran fuente de adoración.
En el sur de China el arte del Bonsái consistía en transmitir todas las características de un árbol desarrollado en la naturaleza a un árbol pequeño cultivado en maceta. Se buscaba reproducir estos árboles según los existentes en las altas montañas por lo cual utilizaban sólo especies que existían en los montes y que ya poseían formas especiales en su intensa lucha contra las adversidades climíticas.
Un bonsái no es una planta genéticamente empequeñecida. Se mantiene pequeña dándole forma y podando las raíces. Un bonsái mantenido correctamente sobrevivirá a un árbol normal de la misma especie. No obstante, el bonsái necesita muchos cuidados, por lo que un bonsái mantenido de forma impropia probablemente morirá.